Un Balenciaga craquelado.

ALEXANDER WANG se gana en su primera colección, al publico que ha conquistado la casa BALENCIAGA durante muchísimos años, en cuanto supimos de su incorporación como creativo de la firma española, nos dábamos cuenta que un aire de juventud vendría a presentarse en cada una de las piezas del desfile y sobretodo de una casa icónica.

París siempre nos sorprende con cada desfile en lugares magníficos y llenos de elegancia con escenarios menos pensados, dejando de lado la típica pasarela recta en un gran salón, para pasar a departamentos con miles de cuartos que se vuelven un desfile privado con poco más de 15 personas entre ellas Anna Wintour obvio. Los colores blanco y negro fueron la base de esta colección presentada durante el amado París Fashion Week para el Otoño Invierno 2013-2014; con ligeras variaciones de tonos de blanco acompañado de la propuesta de Wang, el craqueado. Siempre reservado y en tendencia con las uñas, los barnices que todo mundo quería y que yo, confieso, no tengo ni uno y creo que no soy fan, pero con Balenciaga logra verse como un tipo de textura en suéteres y chalecos, algún abrigo o vestido con estructura rígida dando el aspecto de caparazones que cubren del frió a la mujer.


Los nudos parecían otra temática aparte del suelo y las telas quebradas, en tono plateado, se anudaban a zapatos planos que a su vez eran botas, unían el frente de los blazers o decoraban las muñecas de modelos como Kasia Struss, el pelo sigue manteniéndose firme a su protagonismo en grandes chaquetas o chalecos. El peplum por su parte se presenta en forma más alta o con high-low en vestidos y más. Los zapatos con un tacón alto y delgado vienen de pulsera, y con una punta picuda, picuda; por lo pronto, sabemos que Alexander Wang mantiene el espíritu de la casa, dando el toque  de frescura que llegó a necesitar y que también llegó ya, a la mente de los seguidores de Balenciaga.




Kasia Struss una de las modelos escogidas por Alexander Wang para su primer desfile como creativo de la marca, un desfile donde el pelo venía ultra pulido y recogido junto con un makeup casi nulo.


Uno de mis looks favoritos de todo el show, suéter de cuello alto, falda lápiz con high heels y bolso en blanco perla casi plateado, todo, craquelado.



El peplum en forma de mariposa, se reinventa para adaptarse a chalecos y blusas que logran el look perfecto.

Un frente limpio y cerrado que se torna sexy por la parte trasera donde el escote de la espalda se lleva las palmas con una hermosa caída.



Mi vestido elegido de todo el desfile, largo perfecto, blanco y una textura que se me antoja, es deliciosa y cómoda.











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